La Niña de tus Ojos

Es el Señor quien te habla, te dice con sus paternales palabras que te ama, que eres su prioridad.

Es Cristo Jesús quien te hace saber que su amor es único e incondicional, que eres lo primero y lo último en su plan de salvación.

Hoy, Señor, quiero agradecer tus bendiciones, quiero glorificarte por hacerme partícipe de tus miradas, quiero agradecerte porque me amas, porque me elegiste aunque no soy digno de ti, porque has puesto mi vida en tus planes de bendiciones, porque a mi lado caminas, porque me diste nombre, porque me amaste cuando muchos no lo hicieron. Quiero, Señor proclamar tu grandeza, tu santidad, porque sin tu voluntad no existe mi voluntad, porque de tu mano la vida se hace más clara, porque nunca me llevas a caminos que no podría recorrer, porque eres mi alivio en los momentos de dolor, porque me hablas cuando necesito consejos de amor, porque iluminas mis pensamientos. Hoy, Señor, me glorío en tu presencia, me entrego a tu santa voluntad para que guíes mis pasos y me hagas digno de ti.

Ruego señor por tus eternas caricias, te suplico fe eterna en tu poder y bondad, aclamo tu Espíritu Santo accionando mi vida. Bendice Señor mi existencia, cólmala de tus gracias y has partícipes a cuantos me rodean del amor que me entregas diariamente. Proteje a quienes viven a mi lado, socorre a cuantos necesitan de ti, aleja de mi y mis hermanos las tentaciones y los males, regálanos la prosperidad de tu reino y perdona nuestras equivocaciones.

Ayúdanos a ser santos como tú.

Amén